jueves, 24 de mayo de 2012

¿Está escacharrado el teléfono del Periodismo?

En una conferencia reciente, Iñaki Gabilondo ponía la nota de atención sobre la necesidad de una honestidad inherente al periodista, de forma que construya fuentes fiables para justificar su respeto en la sociedad. Sí, en las fuentes está la clave, de acuerdo. Pese a todo me comienzo a preguntar si el  bueno de Iñaki no se referiría a las fuentes de toda la vida, sí, las de agua, también necesaria para saber digerir muchas cosas. Saber de dónde pillar la comida es muy importante: hay que procurar que te la den al menos limpia, sin insectos. También es fundamental el proceso de la digestión. 

Parece que gran parte del periodismo actual se dedica a comer las noticias crudas y cagarlas poco más o menos igual. Si salieran idénticas, ea, todavía se podían comer, pero aquí está quizás el mayor de los problemas: normalmente las aguas mayores aparecen en peor estado que la comida que te tragas. ¿Qué manía existe entre algunos periodistas de servirse rápidamente la comida de donde sea para cagarla cuanto antes, sea como sea, para transmitir las noticias como simples máquinas y que parezca que han hecho algo? 

Vayamos con un ejemplo reciente y verídico de una digestión mal hecha: 

La Agencia EFE publica una noticia el 23 de Mayo de 2012 en la que se habla de la primera aparición en un objeto arqueológico del nombre de la ciudad de Belén y nos dice "La pieza dataría de los siglos VII u VIII a.C.". Muy bien. Quizás se hubiera echado de menos que dijera "siglos VIII u VII a.C.", por eso de que tampoco diríamos, so pena de hacer apología del paletismo, "eso ocurrió en el siglo XX o XIX". Pero está bien, se lo pasaremos al pobre periodista de la Agencia EFE, total, queda muy lejos el siglo VIII a.C., ¿Quién se acuerda de él y a quién le importa?

Sin embargo, ABC da una vuelta de tuerca más al asunto. Citando a la Agencia EFE, y hablando de la misma noticia, dice: "Se ha descubierto en jerusalén un sello de arcilla (...) que puede datarse entre los siglos VII y VIII a.C.". Aquí ya nos pillamos más los dedos. Tampoco se debería decir que hay un hecho que ha tenido lugar entre el siglo XX y el XIX. Vaya follón. 

Pero todavía es mayor el supuesto "lapsus" en manos de una periodista de "La Nación" que escribe -sin citar sus fuentes, claro, ¿para qué?-: "Se trata de un sello utilizado en la época del Primer Templo (siglos VII a VIII a.C. y quizás incluso antes)".  Aquí el lío ya es monumental. Más monumental que el propio Templo, diría yo. ¿La época en la que es utilizado el sello son los "siglos VII a VIII a.C."? ¿Es posible tal andadura a contranatura del tiempo? ¿Se produjo acaso la Revolución Francesa del siglo XIX al XVIII? Pero aquí no acaba la cosa. ¿Se refiere con esa fecha al sello o al Primer Templo? ¿Qué es eso de "quizás incluso antes"? Muy certero no suena no. 



La noticia, que había comenzado "medianamente bien" desde la Agencia EFE, pasó de mano en mano, primero por ABC, y acabó en La Nación, con pésimo resultado. ¿Es legítimo este "corta y pega pero cambio un poco" que tanto parece gustar? ¿Hasta qué punto no se está transformando la información, oscureciéndola, y creando poco más que confusión? 

¿No habría sido más honesto, para el periodista y el periódico, recibir la información de la Agencia EFE, leerla, entenderla, contrastarla, completarla de forma inteligente y publicarla? ¿De verdad están los periodistas condenados -por activa o por pasiva- a convertirse en meros drones del Ctrl + C, Ctrl + V?

Este tic de la copia, de la falta de interés si quiera por comprender lo que se transmite, está lastrando el periodismo y es lo que verdaderamente hace que resulte inútil comprar periódicos teniendo exactamente lo mismo -y quizás menos confuso y mejor redactado- en la red, buscándote tú mismo las fuentes primarias. ¿Para qué comprar algo que va a ser resultado de un teléfono escacharrado?

Quiero pensar, eso sí, que los periodistas saben que Antes de Cristo (a.C.) los siglos discurren de mayor a menor, es decir, del siglo VIII al VII a.C. Si no, apaga y vámonos, ¿cómo nos atrevemos recortar en educación?



Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, Pablo. Pero la afición al "recorta y pega" no nació en la etapa de preescolar, amigo. Esta etapa nos cae más cercana: secundaria, Bachiller y universidad usan y abusan del recorta y pega, del todo vale, del cambio unas letras y del " lo que hay en la red es de todos" ... La afición a apropiarse de lo ajeno y maquillarlo para que parezca de producción propia no se limita al dinero de los bancos, es algo que lamentablemente el españolito y otras especies actuales parecen llevar en los genes, y claro, al final no tenemos más remedio que decir " ha salido a su padre ( o a su madre).
    Efectivamente el teléfono de los nuevos periodistas parece escacharrado, pero¿ estás seguro de que el "recorte y pega" lo han hecho ellos? La mayoría están en la calle o se preparan para estarlo. Habrá que mirar en los bajos.... el becario de las tijeras me parece más sospechoso, pero no culpable. Todo periódico tiene correctores. Úsense.

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  2. No estoy seguro de nada. Símplemente sé que la vorágine de la actualidad donde una cosa no ha acabado y ya empieza la siguiente, donde el presente es una apresurada papilla del último pasado y el primer futuro, muchos desean ser los primeros en decir algo. Y en muchas ocasiones, no se disfruta tanto el primero que lo hace como el que mejor lo hace. Es decir, creo que necesitamos sentarnos y reflexionar un pelín más -no pido años, pero sí minutos- en vez de dar al ratón más rápido que el de al lado y degradar así el mensaje para intentar -infructuosamente- ensalzar al emisor.

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