domingo, 31 de mayo de 2009

II SIMPOSIO INTERNACIONAL DEL GRUPO DE INVESTIGACIÓN SOBRE CIUDADES ROMANAS “SANTUARIOS SUBURBANOS Y DEL TERRITORIO DE LAS CIUDADES ROMANAS”

Los pasados días 28 y 29 de Mayo de 2009 tuvo lugar en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid el II Simposio del Grupo de Investigación sobre Ciudades Romanas. El tema que ocupó esos dos intensos días de continuas intervenciones fue el de los santuarios romanos y, dentro de ellos, se trataron tanto los rupestres como los urbanos, tanto los pertenecientes a unos dioses indígenas como los que se encuadraban dentro de una advocación propiamente romana.

Como podemos ver, se trataron multitud de temas en torno a la realidad de los santuarios romanos tanto de
la pensula como del extranjero. Una de las exposiciones más interesantes fue la del profesor Jose Manuél Iglesias Gil, de la Universidad de Canarias, que nos mostró los últimos descubrimientos del Santuario de Salus Umeritana en Flaviobriga a raíz de la Pátera de Otañes, que ostentaba bellos relieves de plata, algunos de ellos dorados, que demuestran la existencia de un santuario dedicado a Salus Umeritana cerca de alguna fuente en un ámbito completamente suburbano.


Esta intervención ya nos dejó ver algunas constantes que estarían presentes en el simposio y que me gustaría destacar: la importancia de la arqueología y del trabajo de campo como punta de lanza en la investigación; paralela a esta también se nos mostró la necesidad de los trabajos geográficos y toponímicos a tener en cuenta en una de estas investigaciones, puesto que el terreno muchas veces da las claves de la situación de ciertos enclaves importantes como son los santuarios; la gran relevancia de los hallazgos artísticos, como es esta Pátera, que nos aportan muchísima información aparte de la estética que, sin duda, también está presente.

Por otro lado, también otros profesionales como Marcos Rodríguez Plaza o Fernando Alonso, nos plantearon nuevas formas de contemplar los santuarios, nuevas perspectivas y formas de trabajo como la necesidad de tener en cuenta el saqueo de templos por parte de los romanos o como la importancia de intentar comprender que muchas veces una simple ara formaba el centro de un santuario, sin la necesidad de monumentalización que se entendía hasta ahora.


La intervención de Ángel Morillo sobre los espacios sagrados dentro de los espacios militares fue también muy interesante, centrándose sobretodo en la ciudad de León, donde presentó la posibilidad de que ciertos relieves que representan el Zodiaco en San Isidoro de León en realidad fueran de un santuario dedicado a Mitra en la época romana y los veamos aquí reutilizados.


Por otro lado, también quedó planteada la controversia con respecto a la introducción del cristianismo en los s. IV y V, en relación a la conversión de los sacerdotes que podrían destruir santuarios y esculturas paganas no muy importantes para mantener las formas ortodoxas del cristianismo y, sin embargo, ocultar las figuras religiosas paganas más importantes a las que el sacerdote sigue teniendo devoción dentro de una religión romana, politeísta y pagana.


Si que es cierto que se prestó mayor importancia a la Península Ibérica y a los nuevos santuarios que comienzan a ser investigados ahora. Se trató el culto a Hércules en la Baética y en el resto de las provincias hispanas, llegando a conclusiones que se relacionan con la extensión de un culto puramente romano y no proveniente de Cádiz y del Herakles que allí era venerado.


En todas las investigaciones que fueron presentadas durante estos dos días tuvo una importancia muy relevante la epigrafía y la lengua latina, como fuente de estudio de las relaciones de divinidades y de culto en los santuarios romanos. Así mismo, su dispersión geográfica también ha sido muy usada para delimitar las áreas en las que se disponían unos u otros santuarios, relacionando las inscripciones halladas en las aras votivas.

Trinidad Nogales y Jose María Álvarez vinieron así mismo desde Mérida para exponernos los últimos estudios so
bre los foros de Augusta Emerita y la relación con el culto que se impartía en ellos. Esto nos permitió enriquecer nuestra visión de los santuarios que hasta entonces habían tenido un carácter más rural o suburbano, con un tipo distinto de lugar de culto mucho más oficial y urbano.


Especialmente interesante fue también la exposición en la que se trató los Santuarios Romanos en la Provincia de Arabia, en concreto los ejemplos de Khirbet edh-Dharih y Khirbet et-Tannur. Este cambio de aires y de ambiente nos mostró una cara distinta de una misma realidad. Nos mostró cómo Roma llegó a todos los confines de las tierras bañadas por el Mare Nostrum y cómo plasmó su arte de manera diferente en cada uno de los lugares. Fueron muy interesantes las hipótesis que nos presentaban unos relieves en la fachada de Dharih que mostraban a la Triada Capitolina y a la Loba amamantando a Rómulo y Remo, con una factura muy provincial y alejada de los ejemplos de la Roma más occidental.


Quedó plasmado también que no existe un acuerdo con respecto a si la mayoría de los santuarios suburbanos son o no de origen indígena y posteriormente romanizados, lo que predominó fue una sensación de que se levantaron ex novo muchos más santuarios de origen directamente romano de lo que se ha creído hasta ahora. Sin embargo este conflicto entre lo indígena y lo romano está patente dentro de todos los estudios y es muy fina la línea de la romanización que nos separa un ambiente y otro.

Por otro lado, también viajamos a la propia Roma, donde tratamos la importancia del santuario de Fortuna Muliebris a las afueras de la ciudad, como obra de Servio Tullio en relación con otras grandes intervenciones realizadas por este y otros santuarios como el de la Fortuna Viril. Y en esa misma ciudad pudimos tener una nueva visión de la historia y del arte como vehículos de la memoria gracias a Ana Rodríguez Mayorgas. Pudimos así entender cada elemento de la antigua ciudad de ciudades como artefactos de activación de la memoria y del recuerdo del pasado.



Cobraron una especial importancia, para acabar, los santuarios rupestres, sus tipologías, inscripciones, etc., en definitiva su significado, que sigue siendo todavía ciertamente controvertido.

Como conclusión, debo decir que me pareció una experiencia excelente que te acerca a lo que es de verdad la investigación dentro de la Historia Antigua – y me atrevería a decir que también dentro del Arte y de la Filología – centrada en Roma y en sus manifestaciones y restos arqueológicos. Estos encuentros son los que verdaderamente avivan y aumentan la llama de la ilusión que conduce a investigadores de las más diversas ramas a seguir viviendo, luchando y disfrutando por y para la cultura y el Mundo Antiguo.

Pablo Aparicio Resco

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