lunes, 17 de septiembre de 2012

El descubrimiento del Monumento de Pozo Moro (Albacete)


Juan Rodríguez y el Alberto Sevilla con algunos de los relieves. Enero 1971. 
En una mañana de diciembre como aquella la rasca no perdona. No lo hacía en aquel frío invierno de 1970 ni lo hace ahora. Tampoco lo hacía el rugido sordo del tractor. Las ruedas de aquella mole se hundían en el barro, entre la niebla, dejando claro quién mandaba en aquella finca, cerca de la otrora noble villa de Chinchilla de Montearagón.

Aquel día, sin embargo, no se iba a arar ni a continuar con las labores de siembra ni siega. Tocaba el tedioso trabajo de retirar los "majanos" que separaban la finca de Pozo Moro y la pedanía de Horna. Alberto Sevilla, o simplemente "El Sevilla", como queráis, debía ocuparse de hacerlo. "Concentración parcelaria", o lo que fuera. El caso es que tuvo que llevar el "tractó", al alba, para ocuparse de mover uno de aquellos montones de rocas. Y qué frío hacía. Maldición. 


Una fuerte palmada en la espalda le sacó de su ensimismamiento. El aparcero Juan Rodríguez, que le acompañaba plano en mano, le indicó que ese era uno de los "majanos" que debían desmontar y retirar. Saltaron al barro y se frotaron las manos. El trabajo les haría entrar en calor. Con poca dificultad retiraron las primeras piedras y pronto comenzaron a observar que algunas de ellas tenían formas curiosas, parecían relieves. Eran relieves. Tenían líneas, no sé, quizás flores. Hechos por la mano del hombre, eso seguro. ¿Qué era aquello? «¡Mira aquí!, ¿Lo ves? Son como unos "bichos" de lengua larga sentados...» Y pasaban a otra, rascando la tierra que dificultaba ver qué diablos era aquello. Eso tenía que ser algo de Egipto o vete tú a saber. «Pero normal no es, eso te lo digo yo.»

Uno de los relieves hallados en Pozo Moro.



Primeras excavaciones en Pozo Moro (Albacete), en 1971.

Retiraron religiosamente aquellas piezas. Habían olvidado el frío. Se pasaron la mañana haciendo conjeturas sobre qué sería aquello, separando con buen ojo aquellos fragmentos que parecían tener formas extrañas. Al acabar la jornada acudieron a Don Carlos Daudén, dueño de la finca, con una de las piedras. 

Al ver los trazos esculpidos, todavía sucios de tierra y barro, emocionado, Don Carlos se subió las gafas de pasta y dio mil vueltas al maravilloso pedazo de roca, como intentando ver más allá. Inmediatamente quiso dirigirse al lugar del hallazgo y, entre los tres, reunieron más fragmentos. Sentían la emoción que aparece cuando cruzas la mirada con algo que lleva siglos olvidado, oculto a la mirada de cualquier otro hombre. Rápidamente ordenó que aquello no se tocara más, y que, por supuesto, se interrumpiera la unión de las fincas y su roturación. Lo siguiente fue una llamada al Museo Arqueológico Nacinal.


Pocos días después, Martín Almagro Gorbea, conservador de la Sección de Arqueología Prehistórica de MAN, se presentó en la finca impecable, trajeado, cubierto por un sombrero gris. Con paso rápido se acercó a la zona y, junto con su equipo, la recorrieron palmo a palmo, acompañados por Juan Rodriguez, Don Carlos y "El Sevilla", que cruzaban miradas de niño mientras seguían de cerca los pasos del eminente arqueólogo, que les iba poniendo al día con emoción de los misterios y certezas de los Íberos, cultura a la que, según él, era muy probable que pertenecieran las piezas. Era 6 de Diciembre y se estaba descubriendo uno de los monumentos más importantes del Arte Ibérico.
Vista de las excavaciones en Pozo Moro.

Los tres albaceteños observaban con gran interés cómo los arqueólogos tomaban numerosas notas en sus pequeños cuadernos, hacían fotografías, medían, miraban a las colinas cercanas, se llevaban un puño de tierra cerca de la nariz y poco a poco lo iban dejando caer entre los dedos, etc. Esta operación se sucedió algunos días.  «¿Qué hacen?» , preguntó "El Sevilla" en una de estas.  «Historia» , dijo Don Carlos,  «Hacen Historia».



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¿Qué es el Monumento de Pozo Moro?
El gran monumento de Pozo Moro (Chinchilla de Montearagón, Albacete), levantado a finales del s. VI a.C., es único dentro de la Arqueología Ibérica. Cubría un enterramiento con un ajuar funerario compuesto de piezas procedentes de Grecia. Cada lado estaba flanqueado por dos leones apotropaicos que se encargarían de defender este lugar de reposo. Un gran friso de relieves recorría los cuatro lados, contándonos probablemente la legendaria historia de la familia aristocrática de aquel que estaba enterrado bajo el monumento. En él vemos escenas de hierogamia -unión sexual de un héroe con una divinidad-, de plantación del Árbol de la Vida e incluso de canibalismo.

Los arquitectos y artistas a los que se encargó levantar el monumento eran probablemente de origen oriental, quizás provenientes de Oriente Próximo, y no conocían muy bien el terreno sobre el que erigieron la edificación. Esta fue la causa de que el gran sepulcro se viniera abajo quizás pocas décadas después.

Se usa un lenguaje simbólico oriental para realizar un monumento simbólico y propagandístico de una determinada familia de nobles ibéricos que dejaría claro así su control sobre la zona.

Monumento de Pozo Moro.
León apotropaico.







Para más información: Tartessos; Chinchilla de Montearagón.

Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo

2 comentarios:

  1. Recuerdo mi primera visita al Museo Arqueológico Nacional (algo que debo atesorar en mi memoria como oro en paño, al ritmo que va la musealización). Uno de los monumentos que más me llamó la atención fue éste. De áquellas mis conocimientos artísticos eran los comunes y los íberos me sonaban lejanos; como dijo un profesor mío durante la carrera, qué poco bombo se da al arte antiguo español... A ver qué hacen con él en las nuevas salas.
    Por cierto, ¡fuiste el primero en inaugurar mi nuevo blog, congratulations! (imagina que te tiro confeti jajaja). Mi intención es no abandonarlo, y desde luego el arte será tema recurrente. No sé muy bien cómo va eso de hacer follow entre blogs xD pero si me sigues me haría molta ilusión, así aunque sea aparezco en otros lados (spam, spam, spam, spam...)

    PD. A punto estoy de subir lo de QAH :D

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  2. Jajaja vale, en realidad yo tampoco uso mucho lo de seguir otros blogs desde aquí, pero voy a intentar hacerlo... Bienvenida!!!

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